Todavía de resaca emocional tras un fin de semana realmente especial que nos ha recordado, una vez más, que la magia existe.
La magia de los amig@s que el sábado nos llenaron nuestro Time Line de Tuits de felicitación, así como las numerosas menciones y mensajes que nos enviaron.
La magia de los amig@s que el sábado por la noche vinieron a cocinar a nuestra casa, disfrutando del calorcito de nuestros fogones y nos prepararon un montón de platos que disfrutamos juntos, sentados en la misma mesa y viviendo un momento realmente especial con gente cuyo único nexo de unión es nuestra casa: Sargantana. Todos cocinaron con mucho cariño y algunos, como María, dejaron constancia de sus recetas en su blog.
La Magia de toda la gente que nos quiere, que nos rodea y que, 11 años después, sigue recordándonos que están ahí.
El fin de semana no podía acabar mejor con la Magia de la Cena de los Sentidos, una experiencia que viví hace 5 años y que anoche volví a disfrutar. Una experiencia en la que reí, lloré de felicidad, una magia en la que todas las estrellas que habitan en mi alma volvieron a brillar con luz propia. A veces, sólo a veces, es necesario estar a solas con tu alma para darte cuenta de lo acompañado que estás. Los abrazos, los besos y las caricias de los Duendes y las Hadas llegaron por doquier y yo los sentí tan profundas que, una vez más, forman parte de mi alma.
Gracias humanos por recordarme que estoy vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario